Casa Cazoleiro, Meira. Lugo.
Hace dos años tuvimos muy buena experiencia en este local donde tomamos un delicioso jabalí con fabas pero como dice el refran tiempos pasados fueron mejores. Digamos que la experiencia fue un poco surrealista.
Vamos con el relato de los hechos, para empezar cuando se llamo por telefono para reservar quien atendio el telefono lo hizo con desgana, ni confirmo datos ni nada de nada. Llegamos al local que es una bonita casa rural en las afueras de Meira y sale un «paisano» al patio de la casa y dice :»Buenas, habia una reseva por aqui, ¿no?». Nos lleva tras muchas dudas de si ponernos en un comedor o en otro al comedor principal del local, muy bonito eso si, de estilo rustico. como alli no habia sitio nos lleva a un segundo comedor un poquito mas soso, estilo comedor de BBC (bodas, bautizos y comuniones). Si tienes una reserva ya les tienes una mesa apartada y acondicionada. Para llegar alli nos hace pasar por el medio del office donde cortan el pan y tienen la camara frigorifica. Nos sienta alli y dice que a ver si hace funcionar la calefaccion, que no estaba encendida y teniendo en cuenta que habia fuera unos 5º pues no estaba de mas. Parece ser que no funcionaba…vale , no pasa nada. Nos viene un chaval con toda la pinta de «becario» y nos pone un plato con unas raciones de empanada de cocido, con su chorizo, panceta y demas. La empanada estaba muy buena y con abundante relleno. Nos recita toda la carta de platos…fallo, hay que dar una carta con lo que hay y los precios, quiero saber lo que pago por cada plato y no pensar que me van a cobrar según la cara de tonto que me vean. Ademas a los que nos gusta comer nos gusta recrearnos con la carta y disfruatr del placer de la duda sobre que comer. No escuchar a un camarero recitar la tabla de multiplicar que en el tercer plato ya no te acuerdas de cual era el primero que te dijo.Lo que no sabiamos que era estilo Portugal, la empanada no la habiamos pedido y nos la cobraron en la «factura» final, pero ya habalaremos luego de la virgueria de «factura». Habiamos pedido cuando reservamos las fabas con jabali y el camarero no se enteraba del tema, tras hacernos entender pedimos a mayores unos entremeses a base embutido mientras esperabamos la fabada. Nos trajeron dos platos de jamon, chorizo y queso. Muy buenos, el jamon en su punto, un chorizo con el toque justo de picante y un queso muy mantecoso nada acido.Llego el plato principal, la fabada con jabalí y aqui hay clarooscuros. La fabada estaba muy buena de sabor pero no tan buena como la vez anterior con el añadido de que la carne pues era mas bien escasa. La carne del porco bravo era oscura y con muy buen sabor pero no demasiado fuerte, se deshacia con la cuchara…lo malo poca cantidad de carne. Se ve que el jabalí que atropellaron era pequeño.En este momento ya nos habiamos dado cuenta que el servicio tenia más empanada que la cocina, tuvimos que pedir más cosas varias veces por que se olvidaban como la segunda ración de pan, o que nos abrieran la segunda botella de vino. El camarero «becario» desaparecio y vino al comedor otro camarero muhco más veterano, jubilado o casi, que hizo bueno al anterior. El caos era total no solo en nuestra mesa si no en todo el local. Fue muy triste verlo paseando por el local con dos chuletones que no sabia para que mesa eran. Nos tomaron nota de los postres y los cafés dos veces que aparecieron tras un buen rato de espera. La tarta de cuajada con mermelada de fresa por encima me gusto mucho, un sabor parecido a la tarta de queso pero mucho más delicado. El flan de huevo era de huevo casero y tambien muy rico.Nos trajeron los cafes pero se olvidaron en primer lugar del aguardiente y luego de los chupitos que sirvierón encima en vaso de tubo. Por lo menos el cafe era de pota.EL pan era bollo del pais de corteza gruesa y crujiente, la miga era densa pero esponjosa, estaba bueno según nuestro catador especializado. El vino fue un mencia de Valdeorras, Quinta da Peza Oro, que hubo a quien le entusiasmo en la mesa, a otro le parecio buena y al resto simplemente correcto. Un vino oscuro, sin filtrar, con sabores a frutos rojos y toque de madera debido a su crianza de seis meses en barrica.Tras pedir la cuenta y esperar un buen rato viene el camarero veterano y nos pregunta; ¿ cuantos eramos?. ¿Cobran por comensal no por plato servido? ¿ Pero esto que es?. Amigos pero lo mejor estaba por venir…la «factura». Escrita en una simple nota de papel, ni cif, ni iva, ni precio unitario. Notese el rectificado del precio de la empanada que no habiamos pedido pero si nos cobraron como bocado de apertura, estilo Portugal. Por lo menos no fue caro, 22€ por barba.En fin, un lugar en que la comida estaba buena pero con muchos detalles que mejorar, como el servicio, la falta de cartas y la sospechosa disminucion de la carne en la fabada. Nos decepciono, no creo que volvamos más por el servicio que por la comida en si.
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