O Furancho de Pancho, Refoxo. Cambados. Pontevedra.
Os traigo otro episodio de la serie Cazadores de Furanchos (¡amigos de Discovery Channel a ver cuando empezamos el rodaje! 😉 ) os presento el Furancho de Pancho, hasta el nombre tiene gancho…a lo tonto me ha salido un pareado.
Como siempre, vamos por lo complicado, ¿Cómo llegar? ¡Y sin GPS!…nos gusta el riesgo. Tomamos como referencia a el pueblo de Cambados, saliendo de la Plaza de Fefiñanes en dirección a Vilagarcia, pasamos la primera rotonda donde está el Eroski y la entrada a la autovía., avanzamos un poco mas y en el segundo cruce a la izquierda, tomamos la EP 9005, al lado hay una oficina de Novagalicia Banco y tras acordarse de toda la familia de los banqueros avanzamos por esa carretera unos centenares de metros. Primero veremos un precioso cruceiro de piedra, avanzamos un poco más y cuando lleguemos al segundo cruceiro tomamos la mini pista que hay a la derecha. Avanzamos unos veinte metros y entramos en el primer portal que da acceso a una finca con emparrados donde aparcamos el coche. Se ven los galpones al lado.
Veremos unos galpones, este es un furancho autentico, un galpón Galician Way inside, tras entrar veremos unas mesas dispuestas con unas cuidadas paredes de piedra.
Como buenos Cazadores de Furanchos entramos con cierta cautela ante lo desconocido. Se nos acerco un señor que los 70 años no los vuelve a cumplir que resulto ser el camarero y nos ofreció una mesa, para sentarnos no para llevárnosla claro. Y para empezar a evaluar la situación pedimos una jarrita de vino que nos sirvieron acompañando un plato con dos necoritas y unos camarones (no de fotos) muy frescos y sabrosos. El vino estaba muy rico, un albariño pajizo muy fresco y sin apenas acidez.
La carta es corta, tortilla, huevos de ¿Oca? fritos con chorizo y con unos buenos precios. Habíamos oídos que aquí preparaban unas buenas raciones de navajas (12€) y por ellas nos decidimos.
Nos pusieron una ración (12€) con dos docenas de navajas que en vez de estar a la plancha estaban cocinadas de una forma diferente, como si fueran almejas a la marinera. Nunca las habíamos probado así y francamente estaban deliciosas. Con una salsa en la que no pudimos evitar mojar el pan.
Este es un autentico furancho, un galpón rodeado de parras en el corazón del Salnés, donde degustar unas buenas navajas con estupendo vino de la casa. Lástima que la carta sea tan corta.
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