Mirador del Ermitage, La Bañeza. León
Volviendo de Madrid había que hacer una parada técnica para descansar cuerpo, alma y también para que el coche no sufriera. Mi amigo Manuel nos recomendó en La Bañeza este restaurante de curioso nombre, Mirador del Ermitage, digo curioso porque el Ermitage está en San Petersburgo y desde La Bañeza no se ve…aunque a lo mejor desde un piso alto vemos la perspectiva Nevski.
El local consta de tres partes, un salón dedicado a bodas de reciente construcción y otra donde hay el restaurante cafetería, en la parte de cafetería se degustan raciones y el restaurante es de carta.
El restaurante pintado en un luminoso blanco y con una decoración estilo neoclásica, con estatuas de corte clásico.
En la carta había un poco de todo, menos pescado por razones obvias, y nos decantamos por los siguientes platos. Unas Alubias de La Bañeza (7€), servidas en forma de potaje con su morcilla y demás complementos. La alubia es más pequeña de la que conocemos y redondeada, tenían un buen sabor.
Una ensalada variada (5€), que como veis en la foto era abundante y con una buena presentación.
Por mi parte me pedí una ensaladilla rusa (5€) de la que soy un gran entusiasta. La ración era abundante y tenía muy buen sabor. Equilibrada en su mezcla de patatas, atún y demás componentes.
En los segundos se atrevieron con una especialidad del local, ancas de rana (17€) servidas en forma de potaje, similar a las alubias. Estaban buenas.
Un delicioso entrecot (16€) que se había pedido al Roquefort, y como veis en la foto se olvidaron de la salsa y no nos dimos cuenta por lo bueno que estaba.
Por mi parte me atreví con un lomo de ciervo con salsa de frutos secos (16€), el lomo estaba en su punto, jugoso a pesar de ser de caza y con una salsa marrón en la que se notaban notas de cacahuete. El plato me encanto.
Los postres, la casa tiene una abundante surtido de postres caseros al precio de 5€. Nos decidimos por una suerte de mousses que estaban muy buenas. La presentación es exquisita y el detalle de la chocolatina personalizada le da un toque de elegancia. Las mousses fueron de limón, chocolates, y frutos rojos. Todas ellas tenian una base de suave bizcocho.
Para acompañar esta comida pedimos el vino de la casa, un riquísimo vino de Toro (7€) etiquetado para ellos. Os lo recomiendo ya que los precios de los otros vinos me parecían un poco caros, supongo que para vender el suyo. Por cierto, en todas las mesas del local tomaban este vino.
Si os coincide de andar por La Bañeza os recomiendo parar en este restaurante a degustar sur ricos platos, buenos postres y probad su vino.
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