O Fado. A Coruña.

Había que ir a tomar un buen arroz y para hacerlo bien decidimos ir a uno de los locales de referencia de A Coruña, O Fado. Situado en una especie de entresuelo, el local en su entrada parece un bar normal abriéndose al fondo un pequeño comedor con vistas a ensenada de Riazor decorado con viejas fotos de A Coruña.

Una vez sentados en la mesa que teníamos reservada, cosa que os recomiendo hacer ya que el local se lleno, vimos con satisfacción como ya había puestos unos pinchos de una rica empanada para entre ternos.

El arroz mariscado ya lo teníamos encargado para que se fuera haciendo y no tuviéramos que esperar por él, otro consejo que os doy ya que un buen arroz lleva su tiempo hacerlo. Ojeamos la carta para pedir unos entrantes. Hay un poco de todo pero como es lógico abundan las referencias a la comida gallega.

Pedimos una abundante ensalada mixta (5€) que se comenta por sí misma.

También nos ofreció la camarera unas navajas fresquitas (14€) que nos enseño antes de cocinarlas. Las navajas tenian muy buen sabor como único pero es que al pasarlas por la plancha el animal era un poquito pequeño y quizas deberian poner algunas unidades más en la ración.

Seguimos con unas zamburiñas gratinadas (12€), venían al horno con una salsa con tomate y ligero toque picante.

Y llego el plato estrella, el arroz mariscado (19€), en este caso es una ración para dos personas que dio de sobras para cuatro comensales. Venia servido en una paellera con poco fondo ya que el arroz cuanto más amplia es la superficie de preparación mejor se hace. Estaba acompañado de cigalitas abiertas a la mitad y ya peladas, mejillones, almejas y calamares. Muy rico a juzgar por los comensales.

En los postres tengo que decir que nos llevamos una agradable sorpresa, las amables camareras nos sugirieron un surtido de postres caseros de la casa (3.50€). Unos pequeños porciones de un brazo de gitano, tarta de trufa, una deliciosa mousse y otra mousse de frambuesa y mango. Riquísimos.

Para acompañar estos manjares nos decidimos por un clásico rioja, Azpilicueta (15€) sobre el que no hace falta decir nada que ya no sepamos.

El pan que acompaño la comida era una rica bolla del país con la corteza crujiente y miga esponjosa (0.80€). Por supuesto acabamos la comida con sendos cafés (1.20€) y los reglamentarios chupitos (2.20€) de los cuales tuvieron el detalle de dejar la botella en la mesa.

Si os apetece tomar un buen arroz de marisco y rematar la faena con un rico postre os recomiendo probar este restaurante. Quiero también señalar la amabilidad de las chicas que nos atendieron y nos guiaron en todo momento.