A Curva, Portonovo. Sanxenxo. Pontevedra.
Andábamos perdidos por Portonovo y había que cenar. En estos lugares turísticos es complicado ya que hay muchos locales enfocados al “turisteo” y en que la relación calidad precio brilla por su ausencia. Tras dar una vuelta por el pueblo vimos que en este local había ambiente y tras consultar San Google nos decidimos a entrar…error, luego os cuento porque.
El local es pequeño pero muy bonito, con la decoración típica de un mesón con ambiente marinero.
Nos sentamos y hojeamos la carta. Las propuestas eran atractivas, las típicas raciones de mesón de toda la vida y segundos típicos de la zona. Un detalla es que el local posee una muy buena carta de vinos
Pedimos para empezar una empanada de maíz típica de la zona a base de mejillones (5.50€). Estaba muy rica pero por ese precio podía ser un poco más grande.
Seguimos con unas navajas (8.50€), la ración tenia buen precio sí, pero no eran más que ocho navajas. Estaban ricas, hechas a la plancha y con el molusco de un tamaño razonable.
Unos calamares rebozados (7.70€) que también estaban correctos, pero la ración más bien justa.
En los postres una mousse de chocolate (4€) y un coulant de chocolate (4.50€) que puedo definir también como correctos.
El problema fue a la hora de pedir el vino. Estábamos en las Rías Baixas y pedimos un albariño de la D.O. Rías Baixas, un Viña Ventureira (12€). Nos comenta la camarera que ese no lo tiene pero nos trae otro del mismo precio. Nuestra sorpresa cuando nos trae un vino portugués, Auratus. Te pido un Rías Baixas y me traes otra cosa, ¡muy mal! Tomamos el vino ya que en Portugal suele haber muy buenos caldos…pero este no era el caso. Se lo comentamos a la camarera la cual se ofreció a cambiarnos el vino, nos trajo, ahora sí, un D.O. Rías Baixas, Leirana (17€) que por cierto es muy rico. Como veis no tiene su precio nada que ver con el primer vino que pedimos y encima nos cobraron dos copas del vino portugués a 1.90€ cada una.
Entre pitos y flautas nos dejamos 53€ en cuatro raciones que no eran nada del otro mundo y encima nos la quisieron jugar con el vino. Por lo que vi es el típico local enfocado al “turisteo” con raciones no muy grandes, eso sí estaban correctas.
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