Casa Lemos, Fortóns. Redondela. Pontevedra.
En una de esas incursiones que hago por esos mundos de Dios fui a dar con este coqueto restaurante en las afueras de Redondela, Casa Lemos. Es la típica casa con un pequeño aparcamiento delante con bastantes coches y que se ve que al tener éxito ampliaron con otro aparcamiento en la trasera, primera buena señal. Al entrar vimos que había un pequeño porche (no el coche) con varias mesas grandes reservadas y múltiples parroquianos chateando (y no me refiero a que estuvieran dándole al WhatsApp), segunda buena señal.
Nos sentaron en un pequeño comedor separado de la barra por unas mamparas que me pareció bastante acogedor, decorado en tonos blancos limpios y muy luminoso. Eva nos presentó el local y nos explicó un poco el tipo de cocina que tienen, honesta cocina gallega con buenas carnes, pescados y mariscos.
Mientras nos decidíamos nos trajeron un platito con ocho mejillones al vapor, de vianda grande y carnosa. Nos llamaron mucho la atención por su estupendo sabor.
Tras volver a hablar con Eva nos decidimos por un plato de navajas (12€) con una excelente presentación. La ración era de una docena de unidades y no muy grandes. Estaban ricas y sabían a navaja no a plancha lo cual quiere decir que la misma estaba limpia y no tenía otros sabores. Personalmente me gustan menos hechas, en cambio a mi socio le gustan más hechas pero eso ya son gustos personales.
El plato grande y eso lo digo en todos los sentidos fue un excelente corujo (14€) a la plancha. Es un pariente del rodaballo al que le tengo especial afecto. La presentación es muy bonita con el pez completo, era para los dos, troceado para podérnoslo servir. En su punto óptimo de plancha como podéis ver en el corte ya emplatado. Riquísimo, solo puedo decir eso.
Acompañamos el plato con una generosa ensalada (3.50€) que combino a la perfección con el pescado.
Los postres fueron una crema de yogurt con mermelada de frutos rojos (3.50€) que tenía muy buena textura y de sabor correcto.
Y un rico pudding o flan de coco (3.50€) que me gustó mucho, con una suave base de galleta aromatizada con el sabor del coco. Un sabor muy sutil que no se hacía empalagoso.
El pan (1€) lo servían en una bonita cesta con dos variedades, pan clásico y pan de broa con pasas. Pan fresco y con buen sabor.
En la carta de vinos abundan los caldos de la tierra pero hay referencias más que suficientes para satisfacer al más purista y a unos precios muy correctos. Nosotros pedimos un D.O. Rias Baixas del Rosal, Valtea (12€) un monovarietal de a base de Albariño, muy fresco y con poca acidez con recuerdos a fruta de agua fresca.
Los cafés, Holy, ¿adivinas que pedí? Café de pota, pero no lo había…tome un americano muy suave y lo acompañamos con unos ricos licores donde me llamo la atención la tostada, todo ello invitación de la casa.
Casa Lemos me pareció un restaurante muy recomendable basado en la cocina gallega donde prima la calidad del producto, con un acogedor comedor y un servicio muy amable.
Deja una respuesta