A Casa do Cura, O Burgo. Culleredo. A Coruña.
Os había comentado que en la zona de O Burgo la oferta hostelera ha crecido de manera asombrosa y ademas de locales con distintas propuestas. Voy a hablaros de uno de los más simpáticos por lo menos desde el punto de vista de su carta ya que los nombres de los platos son cuando menos simpáticos, polbo na sacristía, os carrillos do cura, solombo papal…como veis ¡con la iglesia hemos topado! O mas bien con A Casa do Cura.
El local es pequeño pero muy acogedor, en maderas de tonos blancos y negros con amplios ventanales que dan luminosidad al conjunto y pequeños detalles de gusto en la decoración como velas en el pase nocturno.
Mientras aguardamos nos pusieron un pincho de ensalada sobre un poco de pan. ¡ Un buen detalle!
La carta, a pesar de sus simpáticos nombres, es muy clásica basándose en la cocina de “picoteo” tradicional gallega, un pulpo por aquí, un raxo por alla… La presentación de la misma es en CD´s que han sido tuneados para la ocasión.
Para empezar decidimos probar as patacas do ceo e do inferno (5,90€), consistiendo dicho plato en dos cuencos con patatas fritas. El primero con salsa alioli y tacos de jamón y el segundo de salsa brava y tacos de tocino. Un plato sencillo pero que nos gusto mucho a todos. Las patatas bien fritas en pequeños dados y las salsas suaves, con la brava se podía lidiar perfectamente y el alioli no tuvo efectos secundarios.
La tortilla de sempre (6,90€) pues no me atrevo a criticarla por que hay tantas tortillas como españoles, cada uno tenemos la nuestra:hecha, poco hecha, con cebolla, sin cebolla, gorda, fina, etc… Era muy fina, casi como una filloa. Muy hecha por fuera y por dentro menos hecha pero no suelta. No me entusiasmo pero por que no es mi estilo de tortilla.
Luego vino la morea de raxo con champis e queixo de Arzua (9,90€) Un buen plato con unos pedazos de carne bine troceados y sin grasa con un excelente sabor. Había champiñones por el medio que hacían un perfecto contrapunto con el queixo de Arzua. También fue del agrado de todos los comensales.
Para rematar pedimos el fracaso de la noche, rabas de calamar con alioli (8,90€) La presentación era muy original, sobre un cubo venían ensartadas a modo de pincho moruno unas grandes rabas de calamar con un excelente rebozado acompañadas de un cuenco para remojar con alioli. El fallo es que era puro sal, incomibles. Lo comentamos al camarero y luego tuvo el detalle de invitar al postre y chupitos aunque creo que lo más conveniente hubiese sido no cobrar la ración. Por lo menos se le vio buena intención y por eso la nota no es más baja.
Los postres, ahí tengo que reconocer que el local gano muchos puntos. ¡Fijaros que preciosidad de nevera con tartas caseras !
Me pedí una Red Velvet, por que estaba recién hecha y por que me apetecía ¿Preciosa verdad? A base de crema y un delicioso bizcocho que me recordaba a la textura de los míticos Pantera Rosa y arándanos. Deliciosa.
El pan (0,50€) estaba correcto y me gusto el detalle de servirlo en una zoca de madera.
A unos no les apetecía vino y algunos no debíamos beber y como ante todo hay que ser responsable pedimos una rica sangría (7,90€) y diversos refrescos (1,70€) para acompañar la cena.
En resumen un agradable local en O Burgo con una carta mucho mas clásica de lo que sus simpáticos nombres pueden sugerir y que puede ser una buena opción para picotear algo con el plus de algo no tan habitual como unas tartas caseras que están para chuparse los dedos. Pasaremos por alto el fallo de la sal con rabas esperando que fuese un fallo puntual y hubo intención de compensarlo invitando a una ración de tarta y unos chupitos a los que quisieron y pudieron tomarselos…recuerda si bebes,¡ no conduzcas!
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