Buey rubio gallego en el Divino, O Burgo. Culleredo. A Coruña.
Mi buen amigo Manuel tenia ganas de tomar una buena carne de buey gallega y para eso en la zona de las Mariñas coruñesas solo tenemos el Divino, tras descartar el Burry King por supuesto. ¿quien esta detrás de este proyecto? Hay dos clases de hosteleros los que abren un bar lo mismo que una ferretería y los que sienten pasión por este mundo, afortunadamente estamos en este segundo caso. Dos hermanos argentinos y con orígenes gallegos, la mezcla perfecta cuando estamos hablando de carnes, que aman la carne y tienen un profundo respeto por ella. Se encargan desde buscar personalmente los animales y hacerles un seguimiento,trazabilidad lo llaman ahora, para asegurarse de que ofrecen a sus clientes lo mejor y lo consiguen.
Íbamos a probar el buey de raza rubia gallega , y vaya si lo probamos. El ejemplar era un buey del Rosal con un peso de 1800 kilos, Leo nos enseño unas fotos del ejemplar tanto en vivo como en canal y era magnifico. Antes de pasar por la parrilla nos enseño el trozo con el que nos íbamos a deleitar, aquí lo veis por las dos caras. ¡Fijaros que color! Es una buena costumbre enseñar al cliente lo que le vas a servir antes de comer para que de el visto bueno.
Mientras esperábamos a que se hiciera el delicioso chuletón nos entretuvimos con una rica ensalada con mozarella, abundante y con muy buen sabor. Las prisas no son buenas y lleva su tiempo preparar un buen chuletón.
Nos lo sirvieron en dos tandadas para que no se nos enfriara y ya fileteado. Ya te lo sirven hecho, nada de cocinarlo tú, esta carne para saberla apreciar tiene un punto optimo de parrilla y desde luego lo conoce. Este extraordinario pedazo de carne en otras manos podría ser un autentico desastre. La materia prima es fundamental pero el trato que se le da también lo es. ¡Cuantas veces he visto a parrilleros echar la carne al fuego e ir a echarse un pitillo y luego volver a darle la vuelta! Luego viene quemada por fuera y por dentro es pura suela.
La carne no precisaba apenas el uso del cuchillo para deshacerse, ¡Pura mantequilla! Llamaros la atención sobre el estupendo color y perfectamente sazonada con sal Maldón normal y ahumada. Hecha por fuera y rosada por dentro pero sin sangrar de tal manera que la carne retenía todos los jugos que liberaba luego en nuestro paladar. Hasta la grasa estaba deliciosa, mi socio la envolvía en el rico pan que nos sirvieron. La mejor carne que he probado jamas. Un verdadero espectáculo en el paladar. Un dato, mientras comíamos la carne no hablamos, estábamos celebrando una liturgia sagrada que merecía del máximo respeto y como tal poníamos todos nuestros sentidos en disfrutar de tan hermoso animal. Todo ello acompañado de unas ricas patatas fritas, no en vano estamos en Galicia.
Para maridar esta obra de arte había que elegir un vino en consecuencia, algo suave y aterciopelado que no matase el sabor de la carne, que nos arrullara la lengua para volver deleitarla con otro bocado de esta ambrosía. Un excelente Fagus 2012 de la D.O. Campo de Borja, un tinto a base Garnacha de un intenso color oscuro y tonos rubí, muy elegante en nariz pero en boca es donde se destapa, sedoso y aromas a vainilla armonizado con suave redondeo de madera. Un largo postgusto con una sensación aterciopelada de lo más agradable. Me gustaría que vierais la cara mi socio al probarlo.
Los postres fueron por una parte un mojito helado con chocolate.
Y por otra parte un rico panqueque relleno de dulce de leche con helado de vainilla de Madagascar con chocolate caliente por encima. Una perfecta sobremesa tras grande manjar.
A los postres se sentó con nosotros la encantadora Anna para acompañarnos con su burbujeante personalidad. Un bonito detalle por parte de la casa.
Como mandan los cánones de la buena mesa tomamos el café de pota bautizado con las gotas de Eau de Vie pertinentes.
Y finalizamos con un digestivo gin tonic con una gratisima tertulia con Leo , el maestro parrillero, que nos explicaba su filosofía sobre la carne y el origen de este extraordinario buey con fotos del animal. Se nota que este hombre es un apasionado de la carne y un estudioso de su tratamiento. Da gusto tratar con profesionales así.
No me olvido del excelente pan que acompaño la comida y dio el coup de grace a tan extraordinaria comida. Corteza tostada, miga alveolada y esponjosa. Es curioso como un mal pan puede estropear una buena comida y en Galicia eso es pecado con el extraordinario pan que hacen aquí.
Hemos disfrutado de una comida perfecta. Una carne extraordinaria tanto en calidad como en en puesta en escena, un vino de primer orden, una rica ensalada, postres refrescantes y reglamentarios cafés y digestivos. ¿El precio?… Cuando preguntas por la potencia de un Rolls Royce, el fabricante te dice: “La suficiente”. Pues comimos un Rolls Royce de las carnes y mereció mucho la pena.
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