Rincón Mexicano, Pontevedra.

El Jueves Santo tras procesionar por preciosos rincones de la provincia de Pontevedra decidimos parar en su bella capital para dar un paseo y de paso cenar. La idea era ir al que según dicen es uno de los mejores mejicanos que hay, y hablo de mexicanos de verdad, no de tex-mex ni franquicias de dudosa calidad. La fachada del restaurante es simple con una decoración en la puerta con botellas de tequila y la Santa Muerte.

Tras entrar, el local con forma de L, y recorrer un pasillo se abre un buen comedor que con el transcurrir de la noche se lleno lo cual significa que tiene éxito. La decoración es a base de elementos típicos de la cultura mexicana, incluidas guirnaldas en el techo.

Nos trajeron la carta y el personal que ya os anticipo que es muy atento nos explico con detalle sus platos y su grado de picante. La carta es muy visual con fotos de los platos y después te dan un formulario con los productos y los precios que tu rellenas.

Empezamos con un guacamole (5,90€) que bien puede ser el tradicional o batido. En este caso es el tradicional y que traen con tres salsas, ranchera, verde y pico de gallo de menor a mayor intensidad de picante. Estas salsas ya sirven para acompañar el resto de los platos a gusto del consumidor. Estaba rico y con un ligero toque picante.

Seguimos con el sope (4,90€) que es una gruesa tortilla de maíz sobre la que se pone carne, queso y salsa. Esta tortilla esta frita en manteca y también la complementas con la salsa que mas te seduzca. Un plato original y distinto a lo que nos solemos encontrar por Galicia.

Pedimos unas enchiladas verdes (15,50€) que venían servidas en un cuenco de barro bañadas en salsa y un poco picantes. Me gustaron y como curiosidad me recordaron levemente al sabor de los grelos. ¿Curioso no? O puede ser efecto del picante en mi lengua que ya no sentía ni padecía…es que yo le ataque a la pico de gallo.

Por último unas carnitas (15,50€) que consisten en costilla cocida, ¿estará relacionado con los grelos de antes?, que tu deshaces y vas rellenando con unas tortillas de maíz calientes que te traen en unos coquetos cestos de paja. Tu añades la salsa que mas te guste para que no se haga muy seco y en la cantidad que puedas soportar. Este plato para mi fue el más flojito ya que mi ración de costilla le faltaba un pelin para deshacerse bien del todo. Las de mis compañeros estaban mejor y fueron mas fáciles de desmigar. Tanto este plato como el anterior es una ración para tres o cuatro personas.

En los postres mis compañeros se tomaron la tarta de queso fresco con mango (3,50€) que sirvió para calmar los picantes. Aprovecho para daros un gastroconsejo, lo mejor para contrarrestar los picantes son los lácteos. La tarta tenia una base de galleta muy rica y coronada con una crema de mango.

Me sedujo la tarta de queso con dulce de leche (3,50€) , muy parecida a la anterior pero no estaba al mismo nivel. Me pareció mucho mas fresca y con mejor textura la de mango.

La bodega de la casa tiene unos vinos básicos mas que suficientes para un cliente medio, rioja, ribera y algunos blancos. También tenia diversas cervezas mexicanas y Coronita, no se si lo cogéis ;), y nosotros nos decidimos por una cerveza clásica de los cuates, la Negra Modelo (2,50€). Excelente para maridar platos de cocina mexicana.

Y ya que estábamos en plan cantar rancheras bajo el balcón de alguna linda chamaquita nos tomamos el refresco por antonomasia, un Margarita (5,00€).

No tomamos café pero la casa nos invito a unos chupitos de crema de orujo, detalle que siempre es de agradecer.

En resumen estamos ante un restaurante mexicano autentico, gestionado por mexicanos y que es una agradable sorpresa en medio de tanto raxo, tortilla y calamares. Habra platos que pueden gustar mas o menos pero lo que no se puede negar es la autenticidad de su comida y desde luego merece una visita para conocer otras culturas culinarias.