Mesón Os Castros. A Coruña.
El viernes nos reunimos como de costumbre para echar unas risas y empezar con bien pie el fin de semana. Tras los preceptivos vinos de rigor por diversos bodegones del Castrillón, Ángeles y Fran (Micheleneros de honor) nos llevaron a tomar el chuletón a un típico mesón de barrio, o como dice Jombo:» Big table en inglés», Mesón Os Castros.
El local tiene dos ambientes, el primero es el clásico bar de barrio con su barra y parroquianos desde donde accedemos a un pequeño comedor de forma rectangular, sencillo pero acogedor. Hay un pequeño reservado muy acogedor por si queréis un poquito de intimidad.
Tras tomar asiento el camarero nos pregunto ¿que queríamos?, le comentamos que chuleton. Nos comento que si íbamos a tomar algo de primero y nos canto algunas cosas. Aquí voy a ser critico, quiero una carta con precios, no que me lo cante un camarero por muy simpático que sea. Eso solo me vale para un menú del día de precio cerrado. Primero por que me gusta saber cuanto me van a cobrar y segundo por que me parece muy bonito estar en la mesa y discutir con los amigos que tomamos. Lo mismo paso con los vinos, insisto quiero saber lo que tienes y cuanto me va a costar.
Pedimos para abrir boca unas navajas a la plancha(10€), estaban ricas aunque a mi me gustan un poquito menos hechas. Fijaros en la cama de aceite que tenían, ahí remojamos el pan hasta sacarle unas micras a la porcelana del plato.
Tomamos otra ración de zamburiñas (12€), buen tamaño de vianda y correctas.
Llego el plato fuerte, un chuleton de 2 kilos (35€ kg) , previamente sellado y nos trajeron fileteado para luego acabarlo nosotros en un hornillo de gas previamente salpicado escamas de sal Maldón. La pieza tenia bastante grasa con el consiguiente desperdicio pero estaba muy rica, fijaros el bonito color una vez pasado por el fogón. Alguno al ver la foto pensaba que era croca. Había tambien unos ricos pimientos de acompañamiento
Mención especial para las ricas patatas fritas que sirvieron de guarnición. Recién hechas y crujientes. ¡Riquísimas!
En los postres nos llevamos una grata sorpresa al ser caseros y con un buen sabor. Una rica tarta de queso (3€) muy densa cubierta de mermelada. El típico fondo de galleta machacada apenas existía.
El flan de café (3€) seguía la linea marcada por la tarta, buen sabor y ración generosa acompañada de una bola de nata.
El pan era bollo del país pero sin pena ni gloria, probablemente al medio día estuviera mejor.
Pusieron los reglamentarios cafés de pota (1€) acompañados de agua de vida, que repetimos sin cargo. ¡ Larga vida al café de pota !
En el vino, tras no ver carta insisto, nos decidimos por una botella Mágnum de D.O.C. Rioja de Ramón Bilbao 2013. Un gastroconsejo, las botellas Mágnum suelen evolucionar de manera distinta a las botellas normales y son muy recomendables como botellas de guarda.
El mesón Os Castros es un típico mesón de barrio donde tomamos un correcto chuleton acompañado de unos entrantes de mar a un precio razonable.
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