Casa Calvete. A Laracha. A Coruña.
Estamos en plena temporada de BBC y voy a hablaros de un local mítico en la zona de A Laracha para estos menesteres. El motivo de asistir a este local fue la Primera Comunión de Pablo, el hijo de unos buenos amigos Mila y José. Vamos a meternos en harina, el local esta situado a un par de kilómetros de A Laracha, por la carretera DP1913. Por cierto una preciosa carretera para conducir por el valle que crea el río Anllons y que os puede llevar a una joya del románico como el Monasterio de Soandres.
El local dispone de un amplio aparcamiento y un bonito jardín por que dar un paseo o charlar amigablemente con los demás invitados al evento o para que los niños puedan jugar a sus anchas. De hecho dispone de un par de columpios para los cativos.
Al llegar al local tuvieron un pequeño fallo ya que tuvimos que esperar un rato a que nos “abrieran” para pasar a los salones y tuvimos que esperar en los jardines mientras echábamos unas risas. Cuando nos abrieron pasamos a uno de los salones, de aspecto sobrio decorados en madera y muy luminoso debido a los amplios ventanales. En el había montadas unas mesas con los pinchos y al fondo las mesas del banquete.
Había en las mesas los típicos entrantes como embutidos,quesos y empanada de los cuales no saque foto por que no me dio tiempo lo cual quiere decir que estaban buenos. Posteriormente empezaron a sacar de manera escalonada diversos pinchos calientes como unos calamares con una bonita presentación, siguiendo con diversas presentaciones de gambas en gabardina o langostinos en pasta filo.
Un paella servida en latas de conserva, un “emplatado” que esta muy de moda últimamente. Las croquetas de marisco acompañadas de patatas fritas en unas cazuelas me sorprendieron muy gratamente
Unos chipirones en su tinta servidos en cucharon que nos dio la impresión de ser de lata.
Seguimos con unos saquitos rellenos que desde luego quedan muy aparentes. Acompañados de unas sobresalientes zamburiñas que me gustaron mucho.
Como nota exótica una curiosa crema de garbanzos con huevas de caviar de salmón y mújol.
Tras ponernos las botas en los pinchos en los que hubo cantidad y variedad pasamos a la mesa donde empezamos a lo grande con un bogavante o lubrigante, no lubricante que eso es cosa de Repsol, a la plancha. Se sirvieron calentitos y sin ninguna salsa con las pinzas ya precortadas para comer su rica carne. No había pinzas en la mesa pero las pedimos al camarero y nos trajo unas para romper alguna cascara un poco dura. El que suscribe se comió seis raciones en un bonito mano a mano con Esteban, o sea tres lubrigantes sin despeinarse…debía estar bueno.
Otro clásico de estos eventos son las almejas a la marinera, muy buenas y con rica salsa con ligero toque picante que me encanto. Las viandas eran grandes y todas las conchas llenas como debe ser.
Seguimos por el mar pero bajamos a las profundidades a por el rape a la plancha. Estaba rico pero para mi gusto y esto es apreciación personal me gusta un pelin menos hecho. Es como el punto de la carne, cada uno tenemos nuestro parecer. Aun así estaba bueno y no recocido como en algunos otros locales. Acompañado de unas patatitas cocidas por supuesto.
Para limpiar el paladar nos trajeron un refrescante sorbete de limón muy alabado por todos mis compañeros de ágape.
Y acabamos la parte salada con la también típica carne asada, medallones de ternera con salsa de champiñones con guarnición. La carne estaba muy tierna y no seca, cosa que suele pasar mucho en este tipo de eventos que la carne ya lleva hecha unas horas y se va resecando.
Llegaron los postres y otra agradable sorpresa, una deliciosa tarta de milhoja. Se notaba fresca, recién hecha y es algo de agradecer. Preguntamos por su origen y salio del obrador de Chaná. No hay nada pero que una milhoja resesa. Se acompaño de un helado industrial que refresco ya que parecía que el calor empezaba a apretar.
No me olvido del pan, había un pequeño mollete para cada uno de los comensales, correcto sin más. La foto salio un poco movida, se ve que el vino me estaba afectando.
Y hablando de vino…en la bodega no hubo queja, nos pusieron dos clásicos que nunca fallan, el D.O. Rías Baixas Martín Codax y un tinto reserva de la D.O.C Rioja Faustino V. No voy a descubriros nada nuevo sobre estos vinos. Curiosamente una botella de cada llegaron para los ocho comensales que había en mi zona de influencia. La moderación con la bebida es sana costumbre y más en una comunión donde hay muchos niños.
En los digestivos nos dejaron diversos licores de la casa Quenza, aguardiente blanca, hierbas, crema de orujo y licor café.
Casa Calvete es un local especializado en eventos BBC muy conocido por la zona de A Laracha y cumple con lo que se espera de el. Buena comida y servida caliente cosa que ya no es tan común en estos eventos, unas instalaciones sencillas pero correctas y con una amplia zona verde para aparcamiento y disfrute de los niños o simplemente salir a tomar el aire.
Muchas gracias Pablo por invitarme a tu comunión.
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