Casa de Comidas Rey Abal. Vilanova de Arousa. Pontevedra
Soy un enamorado de las Rías Baixas en especial de la Ría de Arousa y siempre que puedo me escapo por allí, de hecho no se que hago escribiendo aquí en vez de ir para allá. No, tranquilos no me marcho, me gusta escribir para vosotros y daros las gracias por seguirme para enseñaros estos sitios que encuentro por el mundo adelante. A lo que vamos… me fui a pasar el día a mi paraíso particular en la isla de Arousa pero antes había que comer y decidimos parar en esta ¿casa de comidas? ¿furancho? No lo tengo claro.
Para empezar la localización es un poco complicada, salimos de la VG 4.3 y tomamos la salida que indica Illa de Arousa pero nos dirigimos en la rotonda hacia el polígono de Tremoedo y tras recorrer 200 metros nos metemos a la derecha por la primera pista y tras recorrer otros 100 metros frente a unos contenedores nos volvemos a meter a la derecha. Allí veremos este chalet sin indicaciones ni nada, pues en la trasera y por el sótano se encuentra la casa de comidas. Podéis aparcar detrás. Llegamos los primeros pero después se fue llenando tanto de “toristas” como de aborígenes, eso es buena señal.
El local es un sótano pero al estar contra terreno en solo uno de sus lados le permite tener unos amplios ventanales con lo que hay buena luz natural. La decoración es sencilla y sin grandes pretensiones lógico dada la entidad del local pero agradable.
La carta sencilla a base de elaboraciones tradicionales y sin complicarse. Suelen tener algún marisco de la zona fuera de la carta, de hecho mucha gente pidió los camarones.
Mientras esperábamos nos pusieron un rico chorizo al vino loncheado. Muy rico y no era picante.
Soy muy navajero, eso sonó mal, que me gustan las navajas y pedimos unas navajas a la plancha (10€). La ración son diez unidades de buen tamaño. Muy carnosas y sin arenas. Estaban como me gustan a mi, poco pasadas para apreciar el sabor a mar y no a plancha.
Como nos gusta el riesgo le echamos narices y pedimos una de zorza (7€) Muy rica, con un bonito color rojo, sabor suave y los mas importante: ¡ no tuvimos efectos secundarios!. Aun es recordada una zorza que comimos en Muros que a la una de la mañana aun seguía haciendo estragos en los pubs de Santa Comba. Una de las mejores que probado y acompañada de unas ricas patata fritas.
Y como estamos en temporada no pudimos dejar de tomar unos ricos pimientos de padrón (4€) con su sal gruesa y sin estar requemados. Solo tres pimientos tenían sorpresa de toda la bandeja.
A la hora de los postres tomamos sendas tartas caseras (3€) . Por un lado una riquísima tarta de queso fresco y por otro lado una de tres “cocholates” , esta ultima un poco más flojita. La galleta de la base estaba como un poco húmeda de más.
Por supuesto si había café de pota (1€) y chupitos (1€), pedí uno de tostada y digamos que si se lo echo al coche gano 25 caballos mínimo.
El vino fue el típico albariño casero servido en jarra helada (4€) estaba rico pero tenia la clásica acidez de los albariños. Marido perfectamente con la comida.
El pan (1€) era una barra de leña y estaba tambien muy bueno. No me cansare de decirlo, ¡ que buen pan tenemos en Galicia ! Debería ser delito en un restaurante gallego poner pan congelado .
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