Sábrego Restaurante. Lugar Camporredondo. Ribadavia. Ourense.
Hace tiempo que en el Ribeiro se están haciendo las cosas muy bien y una de esas bodegas es Casal de Arman que ha decido complementar su oferta con una nueva apuesta por el enoturismo y la restauración de calidad. Tuve la suerte de ser invitado a la presentación de este bonito proyecto que tiene todos los ases para llevarse la mano ganadora. Una casa de turismo de rural complementada por un restaurante con el precioso nombre de Sábrego que apuesta por una puesta en escena muy cuidada, productos de calidad con predominio de lo gallego y por supuesto una bodega de nivel.
El enclave es precioso, en lo alto de una colina, rodeado de viñedos y con unas hermosas vistas al valle. Hay que verlo para creerlo.
El lugar es una casa fuerte que un su día perteneció a poderoso monasterio de San Martín Pinario en Santiago y que a raíz de la desamortización de Mendizabal paso a manos de un indiano de apellido Armán del que toma su nombre. Con el paso del tiempo la casa fue languideciendo pero estos entusiastas del vino apostaron por recuperara y tras mucho trabajo y no menos dinero han conseguido un preciosidad de casa con un bajo destinado a la restauración con dos comedores muy acogedores y con una calidad de acabados que solo se puede apreciar in situ. El detalle de las lamparas hechas con botellas me encanto.
En la parte de arriba dispone de unas habitaciones con nombres de variedades de uva y un precioso salón con vistas a los viñedos y la la iglesia del lugar. No os voy a negar que me senté durante unos minutos en el balcón y me deje llevar por la magia del lugar.
Tras las protocolarias presentaciones nos explicaron en primer lugar Jorge Gonzalez como gerente y despues Marco Varela al mando de los cocinas y Sergio Boade dirigiendo la sala. Su propuesta es la calidad pero sin perder de vista el terruño, con Galicia como leit motiv y por supuesto los vinos del Ribeiro.
Como detalle de su limpieza y politica de honestidad nos enseñaron la cocina. Un buen detalle.
Tras su explicacion se nos ofreció a todos los asistentes una degustacion de su carta que nos dejo a todos con muy buen sabor de boca.
Empezamos con un hermoso mejillón don crema de escabeche y manzana al laurel. Una hembra de buen tamaño y excelente sabor
Seguimos con un foie con gel de queimada y pistacho verde que arranco varias exclamaciones de admiración por su gran sabor y la armonía de sabores en boca.¡Extraordinario!
La coca de tomate, gruyere y brotes a pesar de que me costo un poco comerla ya que se me caían los brotes al querer degustarla, estaba rica también.
Las croquetas de jamón de forma cuadrada venían acompañadas de chips de vegetales. Una rica bechamel en su interior y con el sabor del jamon de verdad. Comí unas cuantas, tengo que confesarlo, soy Crockett man.
El dim sum de cocido donde fusionamos la cocina gallega con el toque oriental que esta tan de moda últimamente
Los bricks de queso de Arzua, jamón y langostino también me sorprendieron gratamente. Tres sencillos elementos que bien combinados dan mucho de sí servidos en una teja del país.
Vino un poco más de marisco con las siempre elegantes volandeiras, que no zamburiñas, con un rico guiso de centollo.
Estamos en otoño y no podía faltar un plato cuchara como estas fabas de Lourenza con con gambón.
Y acabamos la parte salada con un “bocadillo” que me encanto, Pan bao con churrasco ibérico Estaba delicioso, con las lascas de carne especiada, vegetales como la cebolla roja y todo en un rico pan de influencia oriental.
Como rotura entre el dulce y salado nos ofrecieron un refrescante chupito de mosto de Casal de Armán con manzana.
Llego la parte dulce de la comida y empezamos con rico un brownie con crema de arroz con leche. Aprovecho para contaros una anécdota, hace tiempo cuando trabajaba en la administración de un grupo hostelero me dio por llamar brownies a todos los “marrones” que curiosamente solían encomendarmelos a mí. Desde entonces por donde paso popularizo el termino brownie como sinónimo de marrón o problema, que por cierto siempre soy el encargado de resolverlos.
Y por ultimo una bica de maíz con sorbete de cítricos que al fina salimos al exterior y acabamos degustando entre risas y a la hermosa vista del valle cubierto de viñedos con las bucólicas tonalidades del otoño.
Por supuesto todo este evento fue regado por los vinos de la casa sobre los que no voy a decir nada nuevo y que siempre son una apuesta segura en cualquier mesa.
Me ha encantado la puesta en escena de estos profesionales, el entorno, la casa y por supuesto las sugerencias gastronómicas y me ha quedado la espinita de volver para disfrutar otra vez de todo el conjunto. Le doy las gracias a Bevalvo comunicación y por supuesto al equipo de Casal de Arman y Sábrego Restaurante por haberme invitado lugar tan especial y como dijo MacArthur;: ¡ Volvere!
Deja una respuesta