Resas, Santiago de Compostela. A Coruña.
Mi buen amigo El Zampón de Compostela en una de nuestras charlas gastronómicas me había hablado muy bien del Resas y sus menús degustación de lunes a miércoles por la noche. Por 15€, bebida no incluida, puedes degustar una de estas dos opciones, o bien el menú oriental basado en platos de la rica cocina asiática o el menú occidental con raíces gallegas. Un detalle es que estos menús deben ser al menos para dos personas, es decir no podemos ir dos comensales y pedir un oriental y un occidental.
Antes de ponernos en faena os hablo un poco del local, situado en la zona vieja el local sigue la línea de la arquitectura tradicional gallega y no me refiero al bloque y la uralita. Respetando la piedra y madera tradicionales logra mantener un local de enxebre y sobrio como el granito. Me encanta que conserve elementos tradicionales como este vertedero en piedra. Un detalle que me gusto mucho del local y que denota el ambiente santiagués es que había un pinchadiscos (¡no me gusta nada la palabra DJ!) que ambientaba la noche con vinilos clásicos de jazz. Estas cosas solo pasan en Santiago…
Vamos a comer que ya son horas. En primer lugar deciros que nos decidimos por el menú occidental y mientras esperábamos nos trajeron un pincho de la casa que era un Dim Sum, unas colas de langostino envueltas en la pasta típica oriental con salsa de soja. Al final probamos algo del menú oriental, je je.
Empezamos por unas ricas croquetas de jamón ibérico y de lacón con grelos. Las más grandes eran las de lacón. Al abrirlas veis que tenían abundantes tropezones y las de lacón tenían un curioso tono verde de los grelos. La bechamel estaba muy buena en ambos casos y la textura era muy suave. Muy ricas y sorprendentes las de lacón con grelos.
Seguimos con unos huevos a 65º en dos elaboraciones, una con mermelada de tomate y patatas pajas y otra más clásica con jamón ibérico y pisto. Dicen que para preparar los huevos perfectos deben hacerse a 65º…bueno es una opinión. A mí me gustaron pero no es la forma en que mas me agradan, como todo en esta vida y más en gastronomía es cuestión de gustos.
Vinieron unas ricas zamburiñas con ajo y otras más innovadoras con lima. Riquísimas ambas elaboraciones, hacían un contrapunto entre el clasicismo del ajo y la frescura de la lima.
El plato fuerte fueron unos Fettuchini con boletus y salsa de trufa blanca. El plato era abundante y tenían un sabor magnifico. La pasta (¡otra cosa oriental!) en su punto y los boletus y la salsa con un sabor potente pero muy agradable.
Para cerrar el menú vino un solomillo de cerdo ibérico con shiitake y salsa de queso San Simón. Las fotos hablan por sí mismas. El solomillo poco hecho, estaba muy jugoso y el queso le daba un toque que afinaba más su ternura. Delicioso.
Como postre nos pusieron unos digestivos helados de café, chocolate, turrón y vainilla. No eran caseros pero si estaban muy buenos y nos ayudaron con la digestión. Aquí tuvieron un pequeño despiste que nos pusieron los helados en una bonita presentación sobre la pizarra pero se olvidaron de ponernos los platos. Un error más que disculpable de un servicio que fue rápido y muy amable. En todo momento nos comentaron los platos y respondieron nuestras preguntas con una sonrisa.
El pan era bollo del país que supongo que por ser última hora de la noche no estaba en plenitud de facultades pero aguanto perfectamente el tipo ante el menú, y las salsas en las que lo remojamos.
El Resas nos ofrece fiel al espíritu cosmopolita de Santiago dos opciones, una occidental y otra del lejano oriente aunque con guiños de fusión entre ellas. El local es de lo más agradable y el precio me parece muy bueno visto la cantidad y calidad de lo que se nos ofrece.
¿No echáis algo en falta?… ¡El vino! No bebimos vino ya que nos tomamos muy en serio lo de mezclar alcohol y coche. La próxima vez que volvamos con alguien que no le guste beber y degustemos el menú oriental 😉
Hasta aquí por el capitulo de hoy y como «resan» sus manteles…
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