Dame la brasa, Montrove. Oleiros. A Coruña.
Mis buenos amigos Laura y Juan tuvieron el detalle de invitarme a comer y para ello querian sorprenderme llevándome a un nuevo y pintoresco lugar claro que la sorpresa fue a medias ya que quien pilota este nuevo proyecto es un viejo conocido mío. Pero vamos por partes, el lugar es encantador, una preciosa cabaña de madera sacada de un cuento de Heidi. ¿no os parece muy acogedora?
En la trasera hay también una pequeña terraza cubierta que cuenta con una chimenea para dar calor si fuera necesario.
Vamos con la carta, cocina tradicional pero con un punto gourmet, salimos del RTC (raxo, tortilla y calamares tan coruñeses) y tal y como sugiere el nombre están especializados en brasa.
Mientras esperábamos nos pusieron una rica empanada casera para amenizar la espera. Buen detalle que no tienen en todos lados.
Pedimos por recomendación de mis amigos, para compartir un ración de calamares de la ría fritos (11€) que como podéis ver por el tamaño de las patas son grandes. Se sirven acompañados de un ensalada y un suave ali olí. Nos gustaron mucho a todos. Ya se lo que vais a decir, ¿hablas del RTC y pides unos calamares? Me gustan y si hacen bien los calamares seguro que hacen bien lo demás, no os creáis que es un plato fácil, de unos calamares ricos a una “fritanga” hay un pequeño paso nada más. Fijaros en la pinta que tienen.
Laura se pidió un rico salpicon de rape con langostinos (14€). Una ración de tamaño correcto y tuve la ocasión de probar dejándome un buen sabor de boca.
Me recomendaron la hamburguesa con cebolla caramelizada y queso de cabra (11,50€) y allá me fui, ¡a lo loco!. La pieza de carne era de muy buen tamaño y grosor pero aun así estaba bien hecha por dentro y por fuera. ¡Cuantas veces no me han puesto una carne quemada por fuera y cruda por dentro! Sobre la hamburguesa había un fina capa de rica cebolla caramelizada y sobre ella una gruesa rodaja de queso rulo de cabra tostado que no quemado que hacia del plato una fusión perfecta de los tres elementos. Se servia acompañado de unas patatas fritas correctas sin más. Si os gustan las hamburguesas caseras esta deberíais probarla.
La carta de postres es sencilla pero tiene platos para todos los gustos.
Nosotros nos pedimos la tarta de queso con frutos del bosque (4,75€) y que nos dejo muy buen sabor de boca, fresca y nada ácida con el exquisito contrapunto de los frutos del bosque sobre una cama de galleta triturada.
Hablemos del pan (3€), fue una gran sorpresa. Un hermoso bollo de corteza oscura y tostada con una miga alveolada y muy esponjosa. Delicioso.
Como fin de fiesta la casa nos invito a los cafés y los chupitos, por cierto un rico chupito de chocolate de origen mexicano, pero no había mi reivindicado café de pota.
No tomamos vino pero conociendo al piloto me consta que la bodega esta bien surtida.
Local encantador, buena comida y estupenda charla con grandes amigos. ¿ Se puede pedir más? Habrá que volver más en serio a tomar un chuletón como prueba de fuego. Tiene una interesante oferta a cuatro personas les ofrece unos entrantes, chuletones a compartir, dos botellas de vino, café y postre por 25€ persona.
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