La Herculina. A Coruña.
En las inmediaciones de la plaza de Vigo se han abierto locales muy interesantes y con una oferta distinta a lo que nos encontramos en la “zona de los vinos”. Uno de los que esta dando mucho que hablar y de ello da fe que hasta la tercera vez no conseguimos reservar mesa es La Herculina.
Para empezar es un local con un estilo decorativo industrial rozando el estilo de bajo comercial. Entramos y tras un ancho pasillo donde se encuentra la barra se abre un amplio espacio cuadrado con el hormigón “mal encofrado” pintado en blanco donde aun hay agujeros de anteriores usos. Esto crea un pequeño problema ya que hace que el sonido reverbere y sea un poco ruidoso el local ya que el hormigón desnudo no amortigua el sonido.
Al fondo esta la cocina abierta en plan mostrador donde vemos todas las operaciones de cocina sin ningún tipo de disimulo.
La planta superior acabada en madera bruta y con un amplio lucernario, que da luminosidad al conjunto, forma una especie de balconada donde se puede comer en un ambiente muy cálido y con vistas al patio que forma el comedor inferior. Por cierto esto dio origen a un incidente ajeno totalmente al restaurante si no a la desidia de algunos padres con sus hijos y es que cayo una zapatilla de un niño desde arriba a una de las mesas sin mayores consecuencias afortunadamente.
Nótese el original detalle de la pileta del baño, forjada en hormigón y el grifo un simple tubo de cobre con una llave de paso de fontanería. El alicatado «Art decó» ya le da el punto final a la composición
La carta es sencilla y donde prima el uso y disfrute de la parrilla. Llama la atencion como algunos de entrantes no precisan de elaboración previa. Hay carta de whiskys y ginebras.
Decidimos pedir entrantes que si precisan cocina y el primero fue unas alcachofas con almejas (12€) Sin estar mal el plato esperábamos un poco más, notábamos que le faltaba “algo”. Correcto sin más.
Unas navajas con ajo y perejil (11€) que constaba de 8 unidades muy bien presentadas en una fuente rectangular. Podemos repetir un poco la valoración del plato anterior, correctas sin más.
En los platos principales nos decidimos por las carnes con diversas variantes. El solomillo de vaca gallega (19€) estaba delicioso. Muy bien conseguido el punto de la carne y con un sabor espectacular. De los mejores que hemos probado últimamente y eso fue sentir general de la mesa.
La croca (14€) también estaba excelente con un punto bien de hechura muy bien conseguido.
La picaña de black angus (13,50€) fue la mas floja de las carnes sin estar mal ni mucho menos, su problema eran los otros platos que subían el nivel.
Por ultimo el roti de pollo con espinacas y queso de Arzúa (12€) fue una grata sorpresa. La carne jugosa y con un relleno muy bien ensamblado con las espinacas y la cremosidad del Arzúa.
Todos los platos principales llevaban una guarnición con unas ricas patatas fritas, estamos en Galicia, y algunas verduritas para darle color.
En los postres hubo una de cal y una de arena. El brownie de chocolate con helado y crema de orujo (5€) también le faltaba algo para estar perfecto. Demasiado seco para nuestro gusto.
Las fresas con fruta de la pasión y helado de naranja sanguina(5€) formaban una bonita composición en el plato y de sabor estaban al igual que la presentación
El flan de queso con arándanos y helado (5€) también estaba muy rico y fue un refrescante final de la comida.
La bodega del local consta de las referencias típicas y tópicas de las D.O´s habituales y en este caso tomamos un excelente Ribera del Duero de Carmelo Rodero (15€) que no defraudo a nadie. Es un vino tinto con crianza en roble de nueve meses cual embarazo lo cual da a luz un vino con presencia de frutos rojos y tacto muy aterciopelado en boca.
El servicio de pan (0,50€) fue correcto, con un pan fresco de esponjosa miga.
Finalizamos con los reglamentarios cafés que fueron invitación de la casa aunque un compañero de mesa pidio un café solo y le sirvieron un medio chupito de café.
La Herculina es un local con una ambientación original y que en la planta superior ofrece un entorno muy agradable donde prima el trabajo de la parrilla con las carnes y pescados sin adornos ni disfraces.
La iluminacion del local me dio muchos quebraderos de cabeza para las fotos y estas no son de la calidad que debieran en algún caso.
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